Miradas frente el mar (Libre)

Todo había ido muy rápido.
Desde aquella tarde (a Libby le parecía que hacia siglos de eso) en que Hugo y ella decidieron ir de Picnik, una serie de acontecimientos se habían producido sin pausa uno detrás de otro, y al final, el picnik se había ido aplazando...y hasta la fecha aun no lo habían celebrado.
Libby suspiró mientras remojaba sus pies en el mar.
Es cierto que Hugo y ella se besaron. Pero desde entonces apenas estaban juntos y la verdad es que ella lo echaba de menos.
Se le había pasado por la cabeza muchas veces tomar la iniciativa y plantarle un beso pero...bueno, Hugo es tan tímido...
Vio a Hugo mirando el mar, a unos metros de donde ella estaba y lo miró de reojo.
Definitivamente esperaría a que el se le acercara. Hugo tenia que romper su timidez, al menos con ella.
De lo contrario su relación estaría condenada al fracaso.
Vió como Ana Lucia y Kate charlaban bajo unos arboles antes de que la morena se levantara.
¿Ellas dos hablando juntas?
"A saber que traman" -pensó Libby sonriendo.

Hugo estaba mirando el mar pensativo. Habian pasado muchas cosas, tantas, que tenia un lio tremendo en la cabeza, pero en ese momento nada de todo eso le importaba. Quizás sí tendria que hacerlo, eso seria lo normal, pensar en todo lo que sus compañeros y él habian pasado en muy pocas horas, como por ejemplo: la llegada del carguero, las personas que supuestamente venían a rescatarlos, el asesinato de Naomi, etc. Pero en lo que Hugo estaba pensando era en lo que realmente le importaba de aquella isla, Libby.
Hacia muy poco que se conocían, pero enseguida notaron que conectaban, aunque Hugo no se lo acababa de creer. Se sentía muy a gusto con esa chica, le daba la sensación de que ella lo entendia en todo momento, o al menos, lo intentaba.

Precisamente, hacía unos dias, en un momento de bajón que tuvo Hugo, empezó a imaginarse a un amigo que no existia, Dave. Ya se lo había imaginado tiempo atrás, en un centro psiquiátrico donde estuvo ingresado. Dave nunca quería que Hugo se curase. Lo incitaba a no tomarse la medicación, a no seguir la dieta que le marcaron, etc. Hasta que un dia Hugo no le hizo caso y logró superarlo hasta salir de aquel centro.
Esa vez, Dave quería incitarlo a algo realmente perjudicial, saltar desde un acantilado. Intentaba convencerlo de que todo lo que era la isla no era real y que si saltaba podría liberarse y salir de allí. A punto estaba de hacerlo cuando llegó Libby, en cuanto Hugo le explicó lo que iba a hacer y porque, ella lo calmó y le convenció de que Dave no tenía razón, que todo eso era real. Libby se le acercó despacio y cogiéndole suavemente de las manos acercó su rostro al de Hurley hasta que se besaron. Entonces Hugo se dió cuenta de lo real que era aquella situación, Libby siempre sabia qué hacer para qeu tocara con los pies en el suelo.

Después de aquello, decidieron ir de picnic, pero empezaron a pasar todas esas cosas y no habian tenido tiempo de hacer nada los dos juntos.
Hugo la echaba de menos, estar con ella a solas y poder explicarle lo que sentía. Podría volver a sacarle el tema de ir de picnic, pero le daba mucha vergüenza. Él nunca había tenido mucho éxito con las chicas y se sentía muy inseguro en esa situación. Miró de reojo y vió que Libby estaba a tan solo unos metros de él, sentada mirando el mar. Hugo se la quedó mirando, era tan bonita... tenía la cara suave y la piel fina, unos ojos verdes como esmeraldas, el pelo fino y sedoso, le parecía la chica más hermosa que había visto, pero lo que más le gustaba eran sus labios, suaves, tiernos y cálidos.
Se imaginó a sí mismo acercándose a ella y invitándola de nuevo a ir de picnic. Sacudió la cabeza intentándo quitarse esa idea, pero no podía. Realmente quería pasar un rato con ella a solas, pero para hacerlo tendría que romper su tímidez y proponérselo de una vez.
Suspiró intentando encontrar el valor para acercársele y sentarse a su lado. Volvió a mirarla y entonces decidió que por mucho que le costara se acercaría a ella y le propondría tener una cita. Tenía que hacerlo, porque con todo lo que estaba pasando, a saber cuándo volvían a tener un momento de tranquilidad y si estarían vivos los dos, ya que podía pasar cualquier cosa en aquél lugar. Así que se llenó de valor y se levantó caminando hacia Libby con paso decidido.
Al llegar a su lado la miró y se sentó.
-Ejem, hola Libby-la saludó.
-Sabes? He estado pensando en todo lo que ha pasado y... me ha venido a la cabeza que aún no hemos cumplido aquello que dijimos.- Hugo vió que ella lo miraba sonriéndole extrañada pero divertida.
-Me refiero a lo del picnic-aclaró- así que... me preguntaba si aún seguía en pie.-Hugo intentaba que no se le notaran los nervios que estaba pasando, cosa que le estaba costando bastante- Quiero decir si.. aún quieres que vayamos de picnic juntos?

Libby acababa de cerrar los ojos, atenta a las olas, cuando escuchó los sonoros pasos de Hugo que venia directo hacia ella, y simplemente, no pudo evitarlo, se le escapó la risa.
Se imaginaba (o trataba de hacerlo) el dilema interior que acababa de tener el muchacho consigo mismo y ahora venia decidido a sentarse con ella, cosa, que le complació.
-Ejem, hola Libby-la saludó el chico.
Libbu abrió los ojos y sonriendole amablemente le respondió:
-Hola Hugo.
-Sabes? He estado pensando en todo lo que ha pasado y... me ha venido a la cabeza que aún no hemos cumplido aquello que dijimos.
Libby acababa de perderse.
¿Podia ser que Hugo pensara justo en lo mismo en lo que ella estaba pensando en ese mismo instante?
Sonrió extrañada instandole a explicarse.
-Me refiero a lo del picnic así que... me preguntaba si aún seguía en pie. Quiero decir si.. aún quieres que vayamos de picnic juntos?
¿Ir de picnic con Hugo?
¡Por supuesto que si!
Sonrió calidamente al sentir cuan compenetrados estaban los dos y orgullosa de que el, a pesar de los nervios que llevaba encima, habia acabado tomando la iniciativa.
-Me encantaria Hugo -dijo suavemente sonriendole feliz.
Tras unos instantes, Libby deslizó suavemente su mano sobre una de las manos de el, tomandosela cariñosamente.
-Aunque a ver si esta vez tenemos mas suerte y no disparan a nadie -sonrió divertida.

Hugo se sobresaltó cuando Libby puso su mano sobre la de él. Fue algo inesperado para él. Le gustó el contacto con Libby, tenía la mano tan suave y cálida…
“Tío…” pensó, le vino a la cabeza el instante en el que se besaron aquel día y deseó que alguna vez se repitiera. Estaba flotando sobre una nube.
Hugo miró hacia el cielo y dada la posición del sol supo que estaban a media tarde, por lo tanto podrían ir de picnic a merendar.
Se levantó de un salto y cogiendo a Libby de la mano hizo que se pusiera en pie. No le costó ningún esfuerzo alzarla, era una chica muy hermosa y con un cuerpo envidiable.
Hugo la miró a los ojos, le sonrió tímidamente y le dijo:
-Aún es pronto Libby, te apetece que preparemos algo de merienda y nos vayamos de picnic?-dijo contento pero sin poder guardar aún su nerviosismo.

Libby rió cuando el la alzó sin apenas esfuerzo.
-Aún es pronto Libby, te apetece que preparemos algo de merienda y nos vayamos de picnic?
-Claro que si -dijo ella pasando sus brazos alrededor del cuello de el momentáneamente- Podemos coger unas mantas y ponernos aquí frente el mar.
Aunque claro, quizá estar a la vista de todos no era muy romántico así que rectificó:
-O podemos irnos mas hacia allá...así estaremos...solos -dijo con una sonrisa tímida.
-¿Prefieres ir a por la comida o a por las mantas?
La pregunta en si era una estupidez ya que traer comida era mas pesado que traer unas simples mantas y savia que Hugo preferiría hacer el trabajo pesado.
-¿Quieres que nos veamos aquí dentro de un rato? -le preguntó ladeando la cabeza de forma adorable.

Hugo tardó unos segundos en responder a la pregunta que le hizo Libby, aún estaba embobado por culpa de su abrazo. Le gustó la idea que tuvo de apartarse un poco de los demás. Apenas habían tenido tiempo para estar a solas y la muestra de afecto que le dio la rubia hizo que se sintiera más seguro consigo mismo. Decidió que esa tarde volvería a besarla, era su segunda oportunidad y no iba a dejarla pasar.
-Ehh... no te preocupes Libby, yo iré a por la merienda y estaré aquí en diez minutos-dijo mientras se alejaba apresurado a hacer una buena merienda para impresionarla.
Se fue a la despensa y cogió una ensaladera de madera y frutas de todo tipo. Peló y cortó en pedazos pequeñitos la fruta y exprimió un mango bien dulce para que la macedonia tuviera mucho jugo, a Libby le iba a encantar seguro. Después cogió dos cocos y les cortó el trozo de arriba para que hicieran a modo de vasos, mezclo el agua de coco con jugo de piña y le puso unas gotitas de licor a la mezcla y lo repartió en los dos cocos, una piña colada a lo isleño perfecta. Cogió una tabla de madera que utilizó como bandeja y se dirigió al lugar dónde él y Libby habían quedado. Allí estaba ella esperándole con su eterna sonrisa.

Libby sonrió cuando vió marcharse a Huggo.
Le gustaba verlo tan feliz.
Se dirigió a una de las chozas que usaban generalmente como almacén y cogió dos grandes mantas, una que usarían para estirarla en el suelo y la otra, por si se quedaban hasta tarde y comenzaba a refrescar.
Saludó con la cabeza a unos cuantos que la vieron pasar.
Miró de reojo a cierto hombre que a veces se metía con Hugo porque, según ella había averiguado de Ana Lucia, estaba coladito por ella.
Vió su cara llena de rabia y pensó que le daba igual. Ella solo quería a su Hugo.
Volvió al lugar donde estaba antes y esperó a que Hugo volviese.
Cuando lo vió venir, tan contento y seguro de si mismo, la risa afloró en sus labios sin ni siquiera ser consciente.
En cuanto el chico llegó a donde ella estaba, ella deslizó su mirada hacia la bandeja que el traia 6y su sonrisa se ensanchó.
Hugo siempre tan detallista...
-¿Preparado para la misión de encontrar un lugar solitario? -le dijo bromeando.

Hugo sonrió ante la broma de Libby. Le encantaba su gran sentido del humor, siempre sabía qué hacer para sacarle una sonrisita a cualquiera.
-Claro, no será muy difícil.- contestó Hugo divertido. Solo con que se apartaran unos metros del campamento ya podrían encontrar algo de intimidad.
Miró a Libby dulcemente a los ojos y empezó a caminar en sentido contrario al campamento. Iba sujetando bien la bandeja con cuidado de no tropezarse y que se le cayera, le había costado mucho esfuerzo hacer algo apetitoso con lo poco que tenían. Si hubieran estado en la civilización desde luego que le hubiera preparado todo un banquete.
Hugo fue callado durante todo el camino hasta que consideró que estaban lo suficientemente lejos del campamento como para poder estar solos sin que nadie les molestara. Paró y miró a Libby.
-Te parece bien aquí?-preguntó.-Creo que hemos cumplido suficientemente bien la misión.-dijo bromeando con una sonrisa.

Libby se pasó todo el trayecto mirando a Hugo de reojo.
El irradiaba felicidad y eso la hacia feliz a ella.
Además le había preparado la merienda y esos pequeños detalles de Hugo, a Libby le encantaban.
-Te parece bien aquí?-la voz de Hugo la sacó de su ensimismamiento -Creo que hemos cumplido suficientemente bien la misión.
Libby sonrió afablemente y se sorprendió al ver que por el momento, nadie había aparecido aun herido, fugado o en plan de ataque y la cita aun seguía su curso normal.
-Tienes razón Hugo. Misión cumplida -dijo con una sonrisa.
Extendió una manta grande que había cogido y le indicó a Hugo que dejara la comida en ella.
Se sentaron juntos frente al mar.
Libby cerró los ojos y sintió como la brisa la acariciaba y jugaba con su pelo.
Sonrió y dijo:
-A veces, casi podría olvidar donde estamos. Si cierro los ojos me da la sensación de estar en el paraíso.
Se giró hacia Hugo clavando los ojos en el y algo sonrojada dijo:
-Sobretodo...si estoy junto a ti.
Luego le entró la timidez y trató de cambiar de tema interesándose por la merienda.
-¡Vaya! Has preparado todo un manjar!